Últimamente parece que muchos analizamos a
otras personas, o
grupo de personas, voy a seguir con la cadena.. :P
Esta mañana estaba en la biblioteca y viene un compañero, podríamos llamarlo así, para que
hagamos un ejercicio, claro está que entre líneas se podía leer:
vengo para que me hagas el ejercicio. Prefiero que me diga:
me puedes decir cómo se hace el ejercicio? A que no dé la cara, se autojustifique y crea hacerme ver que lo estamos haciendo los dos, cuando es mentira. A lo que voy, en ese momento me venía un poco mal ayudarle porque tenía que acabar unas cosas. Se lo digo e intenta embaucarme diciéndome que
“lo ha dejado todo para estar conmigo”. Por supuesto era mentira, y con toda la cara
(de buen rollo) que vino le dije:
tu lo que eres es un interesado, lo que quieres es que te haga el ejercicio porque lo tienes que entregar hoy.. (de cachondeo pero se lo solté, aquí todo es de buen rollo jejeje). Él simplemente asintió y soltó una carcajada, estaba diciendo la pura verdad y él lo sabía.
Hoy me he dado cuenta de una cosa, y es que esta persona es de las que necesitan que todo el mundo esté a su alrededor, y sus amigos son un ejército de personas dóciles que él puede manipular a placer. No lo veo mal porque los amigos se dejan, hay gente que le gusta dejarse llevar, y él ha nacido para mandar. Se complementan, pero en el fondo se utilizan. Él hace y deshace como le da la gana y los demás le siguen, porque si no fuera por él tampoco sabrían qué hacer.
Yo no me llevo mal con él, tiene una forma de ser simpática, pero yo no soy un soldado de su ejército, yo no me dejo manipular. Ni me quedo en la superficie de su simpatía, sé que me buscará cuando le interese algo de mi, lo que no sabe él es que yo también me aprovecho de eso, de su don de mando, para que sea él quien da la cara en situaciones comprometidas, ahora
quién manda a quién?